**Tun Tun sufrió por amor… y Alfonso Zayas fue el responsable**
La vida de José “Tun Tun” René Ruiz Martínez, un ícono de la comedia mexicana, es una historia de luces y sombras que revela cómo el amor y la traición pueden desmoronar incluso a los más queridos. En 1980, durante una entrevista, Tun Tun admitió haber “derrochado su fortuna” y descuidar a su madre, señalando la primera grieta en su armadura pública. Tras una exitosa carrera llena de risas, su vida personal se convirtió en un torbellino de desdichas.
Su matrimonio con Rocío Gens, una bailarina que prometía ser su alma gemela, se transformó en un ciclo de infidelidades y humillaciones. Ella administró su fortuna, vaciando cuentas bancarias y dejándolo en la ruina emocional y financiera. La confianza de Tun Tun se fracturó, llevándolo a una depresión crónica y a un romance doloroso con el alcohol.
La traición más devastadora llegó cuando descubrió que Rocío tenía un romance con Alfonso Zayas, su compañero en el cine. Este descubrimiento desató una crisis que casi termina en tragedia, con Tun Tun empuñando un arma en un camerino. Aunque el equipo de producción evitó un desenlace fatal, la industria lo vetó, dejándolo en el olvido.
A pesar de su éxito en la pantalla, donde su figura artística creció, su vida personal se desmoronaba. La fama, que una vez le trajo aplausos, se desvaneció, dejándolo en la Casa del Actor, un refugio para artistas olvidados. En su ocaso, Tun Tun se convirtió en un símbolo de la fragilidad detrás de la comedia.
El 16 de octubre de 1993, murió solo, sin familiares a su lado, dejando atrás un legado de risas que pronto se desvaneció en el silencio del olvido. Su historia es un recordatorio de que el éxito en el escenario no siempre se traduce en felicidad personal, y que el cariño del público puede ser tan efímero como un gag en pantalla.