**BRICS rescata a Irán de Estados Unidos: el nuevo orden multipolar se consolida**

En un giro dramático de los acontecimientos geopolíticos, el bloque BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha tomado la delantera en la creación de una nueva alianza estratégica que busca desafiar la hegemonía de Estados Unidos y sus aliados. Este desarrollo se ha evidenciado con el reciente acercamiento entre Irán y Rusia, que marca un cambio irreversible en el tablero global.

La visita histórica del canciller iraní a Moscú no fue simplemente un acto protocolario; fue un claro mensaje de que Irán ya no está solo frente a las presiones de Washington y Tel Aviv. Durante su encuentro con Vladimir Putin, se formalizaron acuerdos energéticos y de cooperación militar, lo que subraya la intención de ambos países de consolidar un frente unido contra las amenazas externas.

Además, la cumbre de defensa de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde Irán, Rusia y China estrecharon lazos, ha sido calificada como la “OTAN asiática”. Este bloque, que se forma en contraposición a las políticas de la OTAN, busca establecer un nuevo paradigma basado en la soberanía y la cooperación mutua.

El conflicto reciente entre Irán e Israel, exacerbado por la intervención militar de Estados Unidos, ha llevado a China a intervenir diplomáticamente, reafirmando su papel como mediador en la crisis. Este respaldo estructural de Pekín a Teherán no solo cambia las dinámicas de poder en la región, sino que también fortalece la dependencia de China respecto al petróleo iraní, del cual más del 90% se dirige a sus refinerías.

Mientras tanto, el viejo orden liberal enfrenta desafíos internos, evidenciando una fuga de capitales sin precedentes en el Reino Unido. Este contexto resalta la fragilidad del sistema occidental, mientras que BRICS avanza con proyectos estratégicos como el gasoducto Poder de Siberia 2 y un ferrocarril directo entre China e Irán.

El mensaje es claro: el sur global ha despertado y está construyendo una alternativa real al dominio occidental. La nueva OTAN del este representa una respuesta contundente a décadas de unipolaridad, y el futuro se está trazando en un nuevo lenguaje, uno que no se escribe en inglés.