¡Escándalo en Colombia! Iván Mordisco, el temido líder disidente de las FARC, ha roto su silencio tras el atentado que casi acaba con la vida del político Miguel Uribe Turbay, negando cualquier vínculo con el ataque y acusando al presidente Gustavo Petro de manipular la verdad. Este dramático giro de los acontecimientos ha sacudido al país y ha reavivado el debate sobre la seguridad y el crimen organizado en la esfera pública.

El ataque a Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en Bogotá, ha dejado al político en estado crítico tras una cirugía de emergencia. La situación ha generado una intensa investigación por parte de las autoridades, que han logrado capturar a un adolescente de 14 años, presunto autor material del disparo. Sin embargo, las especulaciones sobre los responsables intelectuales del atentado han crecido, con el gobierno sugiriendo la posible implicación de Mordisco y su facción disidente.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, no descartó la conexión entre Mordisco y el atentado, señalando que estas disidencias han evolucionado hacia estructuras más narcotraficantes que guerrilleras. En respuesta, Mordisco emitió un comunicado categórico, negando cualquier participación y acusando al gobierno de utilizar el ataque para fines políticos, en un contexto preelectoral de cara a 2026.

El tono del comunicado es agresivo y despectivo, rechazando las acusaciones y descalificando la figura de Uribe Turbay. Además, Mordisco exigió pruebas concretas que respalden las afirmaciones del presidente Petro, quien ha insinuado la posibilidad de que el ataque haya sido ordenado por una estructura mafiosa, aunque sin ofrecer detalles específicos.

Mientras las investigaciones continúan, Colombia se encuentra dividida entre quienes creen en la responsabilidad de grupos armados y quienes sospechan de intereses políticos ocultos. Este atentado ha puesto de relieve la compleja intersección entre la política y el crimen en el país, dejando a la nación en un estado de incertidumbre y preocupación.