¡URGENTE! La disputa entre el presidente Gustavo Petro y la senadora María Fernanda Cabal ha alcanzado un punto de ebullición tras la difusión de una controvertida fotografía en redes sociales. La imagen, que muestra a una niña aparentemente sosteniendo un arma junto a Petro durante su tiempo en el M19, ha desatado una tormenta política. Mientras Cabal, del Centro Democrático, compartió la imagen en su cuenta de X, el presidente la desmintió de inmediato, acusando a la senadora de propagar desinformación para desacreditarlo.
En una explosiva respuesta, Petro afirmó que la foto fue manipulada digitalmente y que la niña en cuestión, Claudia Alarcón, quien ahora tiene 48 años, desmintió la autenticidad de la imagen. “Nunca sostuve un arma de fuego”, declaró Alarcón, arrojando más leña al fuego de esta controversia. Las redes sociales se han inundado de reacciones, polarizando aún más la opinión pública: los seguidores de Cabal defienden la imagen como un reflejo del pasado guerrillero de Petro, mientras que sus defensores denuncian tácticas de desprestigio.
El 10 de enero, Petro volvió a la carga en redes, criticando a Cabal por sus acusaciones hacia el sistema de medios públicos RTVC, que, según él, jugó un papel crucial en desmentir la imagen falsa. “Si no fuera por RTVC, su calumnia habría tenido éxito”, escribió el mandatario, reforzando su postura ante lo que considera ataques infundados.
El clima político en Colombia se ha vuelto aún más tenso, con líderes de opinión y analistas cuestionando el impacto de la desinformación en la política actual. Este caso se convierte en un claro ejemplo de cómo las redes sociales pueden ser utilizadas tanto para difundir mentiras como para desmentirlas. La controversia no solo refleja divisiones políticas, sino que también plantea interrogantes sobre la responsabilidad en la era digital. ¿Es la desinformación una herramienta legítima en la política o debería ser erradicada? La respuesta a esta pregunta podría definir el futuro del debate público en Colombia.