Lewis Hamilton se encuentra en el centro de la tormenta tras un decepcionante Gran Premio de Arabia Saudita, donde terminó en una desalentadora séptima posición, a 30 segundos de su compañero de equipo, Charles Leclerc. La carrera, que prometía ser un punto de inflexión, se convirtió en un verdadero desastre para el siete veces campeón del mundo, quien no pudo avanzar ni un solo puesto y se vio atrapado en una lucha constante con el desgaste de sus neumáticos.
La frustración de Hamilton era palpable. “Sé que los aficionados no están contentos, y yo tampoco lo estoy,” declaró con desánimo. Con solo 31 puntos en su cuenta y a la zaga de Leclerc, quien acumula una ventaja de 16 puntos, la presión se intensifica. Las críticas no se hicieron esperar, especialmente después de que su compañero lograra el primer podio del equipo en 2025, mientras Hamilton luchaba por mantenerse en la zona de puntos.
El británico admitió que la falta de comprensión de su nuevo coche, el SF25, está afectando su rendimiento. “Siento que necesito un trasplante de cerebro,” bromeó, reflejando su frustración ante la falta de adaptación. Con la temporada avanzando y rumores de que Ferrari podría abandonar el desarrollo del coche actual para centrarse en 2026, el futuro de Hamilton en el equipo se torna incierto.
Los expertos están alarmados por la brecha de rendimiento, especialmente tras perder hasta siete décimas en el primer sector frente a sus rivales. Martin Brundle, analista de Sky F1, subrayó que Hamilton debe encontrar rápidamente una solución, ya que la situación se ha vuelto insostenible. “Es casi incómodo de ver,” comentó, resaltando la necesidad urgente de que el campeón encuentre su ritmo.
Con el tiempo en su contra y la presión aumentando, la pregunta que todos se hacen es: ¿podrá Hamilton revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde? La próxima carrera será crucial para determinar su futuro y el de Ferrari en esta temporada.