Rusia ha respondido con firmeza a las escalofriantes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien reveló que amenazó a Vladimir Putin con bombardear Moscú si este seguía adelante con su invasión a Ucrania. En una grabación filtrada de una recaudación de fondos, Trump afirmó: “Si vas a Ucrania, voy a bombardear Moscú”. Esta revelación ha desatado una ola de reacciones tanto en Estados Unidos como en el Kremlin, donde el portavoz Dmitri Peskov ha calificado de inciertas las afirmaciones de Trump, sugiriendo que se trata de una retórica dura, pero que el Kremlin se mantiene tranquilo.
Mientras tanto, la situación en Ucrania se deteriora rápidamente. El Ministerio de Defensa ruso ha llevado a cabo el ataque más masivo desde el inicio del conflicto, lanzando un impresionante número de misiles y drones contra objetivos militares ucranianos. Según informes, se han contabilizado más de 700 drones y varios misiles destruidos por las fuerzas ucranianas, pero el impacto de los ataques es devastador, con múltiples regiones ucranianas sufriendo daños severos.
En este contexto de creciente tensión, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha instado a Estados Unidos a reanudar el envío de armamento defensivo, advirtiendo que Rusia sigue desafiando los esfuerzos de paz. La Fuerza Aérea de Polonia ha elevado su nivel de alerta en respuesta a la escalada de ataques rusos cerca de su frontera, mientras que la comunidad internacional observa con creciente preocupación.
A medida que las amenazas y los ataques se intensifican, la retórica de Trump y la respuesta de Rusia podrían tener repercusiones significativas en la política global y en la seguridad europea. La situación es crítica y los acontecimientos se desarrollan rápidamente, dejando al mundo a la espera de la próxima jugada en este juego geopolítico de alto riesgo.