Rusia ha lanzado un ataque masivo contra Kiev, intensificando la escalada del conflicto en Ucrania justo cuando el presidente Donald Trump se prepara para implementar sanciones severas contra Moscú. En un asalto que duró casi diez horas, las fuerzas rusas bombardearon la capital ucraniana utilizando aproximadamente 400 drones y 18 misiles, dejando al menos dos muertos y 16 heridos. Este ataque se produce en el contexto de una cumbre internacional en Roma, donde se anunciaron más de 10,000 millones de euros en ayuda para la reconstrucción de Ucrania, mientras el presidente Volodimir Zelenski pide un plan Marshall para su país.
El presidente Zelenski ha denunciado el ataque como una “escalada del terrorismo” por parte de Rusia, que busca desestabilizar aún más la región. Las imágenes de la devastación muestran edificios residenciales y administrativos gravemente dañados, mientras los servicios de emergencia luchan por responder a la crisis.
Mientras tanto, la OTAN se encuentra en alerta máxima, y la comunidad internacional observa con preocupación cómo la situación se deteriora. Las fuerzas rusas han afirmado que sus ataques están dirigidos a instalaciones militares, pero las consecuencias para la población civil son devastadoras. La presión sobre Trump para actuar se intensifica, ya que su administración se enfrenta a críticas por la falta de respuesta contundente ante la agresión rusa.
En este clima de tensión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sobrevivido a una moción de censura, lo que subraya la inestabilidad política en Europa mientras los líderes buscan una respuesta unificada a la crisis en Ucrania. La situación es crítica y la comunidad internacional está atenta a los próximos movimientos de Rusia y a las decisiones que tomará Estados Unidos en respuesta a esta escalada de violencia.