**Murió el Papa Francisco: Sus Últimas Palabras DEJAN AL MUNDO EN SHOCK**

El mundo se encuentra en estado de conmoción tras la repentina muerte del Papa Francisco, quien falleció en la madrugada de hoy. La noticia se propaga como un rayo, dejando a millones de fieles y líderes religiosos en un mar de incertidumbre. Pero lo que ha dejado a todos helados son las escalofriantes últimas palabras del pontífice: “Tú, Judas, el pequeño Judas que tengo dentro, ¿dónde estás?”. ¿A quién se refería? ¿Fue una confesión o una revelación de algo más oscuro?

Mientras el mundo entero se une en duelo, se desata una tormenta de teorías y especulaciones. La muerte del Papa no solo marca el final de un liderazgo, sino que abre un abismo de inquietantes posibilidades. Sus palabras, lejos de ser un mensaje de esperanza, parecen presagiar un futuro sombrío. ¿Estamos ante el surgimiento de una religión mundial, tal como se profetizó en el Apocalipsis?

El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y jesuita, fue un hombre que rompió moldes, uniendo a líderes de diversas religiones bajo un mismo estandarte. Sin embargo, su legado ha sido objeto de controversia. Muchos lo ven como un reformador, otros como un traidor a la fe. Su agenda ecuménica y su apertura a doctrinas consideradas heréticas han sembrado la discordia entre los más conservadores.

Con más del 70% de los cardenales que votarán en el próximo cónclave designados por él, el próximo Papa podría ser un reflejo de su visión, acelerando un proceso que muchos consideran peligroso. La pregunta que resuena en todos los rincones es: ¿será el próximo líder espiritual un salvador o el falso profeta anunciado en las escrituras?

El silencio en las calles de Roma es ensordecedor, un eco de la incertidumbre que reina en el corazón de millones. La muerte del Papa Francisco no es solo un adiós; es un llamado a despertar ante lo que está por venir. ¿Estamos ante el cumplimiento de profecías milenarias o simplemente ante un cambio de era? La respuesta podría cambiar el rumbo del cristianismo para siempre.