La Reina Sofía ha tomado protagonismo en la Semana Santa de Sevilla, dejando en la sombra a la Reina Consorte Letizia Ortiz, en un giro inesperado que ha captado la atención de la sociedad española. Este Viernes Santo, 18 de abril, la Reina Emérita fue recibida con calidez y admiración, reafirmando su conexión con las tradiciones religiosas del país. Su presencia en Sevilla, acompañada por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Vélez, fue vista como un gesto significativo en un evento que trasciende generaciones.
Durante su visita, la Reina Sofía asistió a la salida procesional de la Hermandad de la Quinta Angustia, un acto que simboliza el descendimiento de Cristo, y también visitó el santuario de los egitanos, uno de los más emblemáticos de la celebración sevillana. Esta acción ha consolidado su vínculo con una ciudad que vive la Semana Santa con fervor, y ha destacado su papel como figura de respeto y amor en la monarquía.
La decisión de apartar a la Reina Letizia de este evento tan significativo podría tener repercusiones en la percepción pública de la familia real. La Reina Sofía, con más de 50 años de apoyo a iniciativas religiosas y sociales, ha demostrado ser la cara más visible de la monarquía en este ámbito. Su conversión del cristianismo ortodoxo al catolicismo en 1962 marcó un hito en su vida y ha influido en su compromiso con la fe en España.
La elección de la Reina Sofía para representar a la monarquía en estos eventos religiosos, en lugar de Letizia, parece ser una estrategia calculada por el Rey Felipe VI. Esto podría interpretarse como un intento de reforzar la imagen de la familia real ante la opinión pública, resaltando el legado y la dedicación de la Reina Sofía a la religión y la cultura. La repercusión de esta decisión en la percepción del público y su impacto en la imagen de la familia real son cuestiones que seguirán siendo objeto de análisis en los próximos días.