España se encuentra en un profundo luto tras la trágica muerte de Fernando de Borbón y Medina, primo del rey Felipe VI, quien falleció sorpresivamente a los 58 años en Sevilla. Este devastador suceso, ocurrido el 5 de enero, ha impactado no solo a la familia real, sino a toda la nación, que siente el peso de esta pérdida inminente.
Mientras el rey Juan Carlos celebraba su 87 cumpleaños en Abu Dhabi, recibió la desgarradora noticia del fallecimiento de Fernando, un miembro querido de la familia Borbón. A pesar de su linaje aristocrático, Fernando llevó una vida discreta, alejada del foco público, dedicándose a su familia y a su pasión por el rugby. Vivía en Sevilla con su esposa e hijos, y su muerte ha dejado un vacío inmenso, especialmente para su hermano Santiago, el único sobreviviente de la familia.
El funeral, realizado en la más estricta intimidad el 6 de enero, se llevó a cabo sin la presencia de la familia real, ya que tanto el rey Juan Carlos como el rey Felipe VI tenían compromisos previos. Sin embargo, ambos han expresado su profundo dolor y condolencias por esta inesperada pérdida. La familia real, en un gesto de unidad, busca acercarse en estos momentos difíciles. Se espera que el rey Felipe VI y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, asistan a futuros homenajes para rendir tributo a un hombre que fue más que un primo: un hermano.
La tragedia ha sacudido la estabilidad de la familia Borbón, que ahora enfrenta un futuro incierto marcado por la ausencia de Fernando. España entera se une en el duelo, recordando a un hombre que, aunque vivió en la sombra, dejó una huella imborrable en los corazones de quienes lo conocieron. La nación observa con tristeza cómo la familia real lidia con esta pérdida y el impacto que tendrá en su vida pública y privada.