**BOCHORNOSO ENCUENTRO ENTRE GOBIERNO DE PETRO Y JUVINAO ¿SE PERDIÓ LA PLATA?**
La Universidad de Antioquia, uno de los pilares educativos más importantes de Colombia, enfrenta una crisis financiera sin precedentes, con una deuda de 365,000 millones de pesos que amenaza su funcionamiento e incluso su cierre. En medio de esta situación crítica, miles de estudiantes salieron a las calles de Medellín exigiendo respuestas concretas de las autoridades. La tensión escaló cuando el presidente Gustavo Petro y la representante Catherine Juvinao intercambiaron acusaciones en redes sociales, evidenciando la polarización sobre la responsabilidad en esta problemática.
El presidente Petro mostró su apoyo a los estudiantes a través de un mensaje en X, pero su postura fue rápidamente criticada por Juvinao, quien le recordó que su papel como presidente debe ir más allá de expresar solidaridad. La congresista enfatizó que el gobierno nacional tiene la obligación de financiar la educación superior pública y que las palabras no son suficientes ante un problema estructural que requiere decisiones inmediatas.
La respuesta de Petro fue defender su administración, señalando que la nación ha aportado significativamente a la universidad, pero que el verdadero problema radica en la falta de apoyo financiero de las administraciones locales, especialmente de la alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia. En este contexto, el alcalde Federico Gutiérrez también intervino, rechazando las acusaciones y afirmando que la responsabilidad recae en el gobierno nacional.
Este cruce de declaraciones no solo refleja un enfrentamiento político, sino que pone de manifiesto la complejidad de una crisis que lleva años gestándose. La educación pública de calidad es un derecho fundamental, y la actual situación de la Universidad de Antioquia revela las debilidades del sistema educativo colombiano. Mientras los líderes políticos se enzarzan en un debate estéril, los estudiantes continúan exigiendo soluciones concretas que garanticen su futuro académico. La crisis educativa en Colombia no se resolverá con palabras vacías; se requiere un compromiso real y coordinado entre todos los actores involucrados.