¡Desastre total en Ferrari! La escudería italiana ha dejado a todos boquiabiertos tras una estrategia inaceptable durante el Gran Premio de Australia, que dejó a Lewis Hamilton sin palabras. En un fin de semana para olvidar, Ferrari tomó decisiones fatales al cambiar a neumáticos intermedios en condiciones de lluvia, lo que resultó en un desastroso octavo lugar para Charles Leclerc y un décimo para Hamilton. La lluvia, que esperaban que les favoreciera, se convirtió en su peor enemigo, arruinando cualquier posibilidad de un buen resultado.
Hamilton, visiblemente frustrado, expresó su preocupación tras la carrera: “El coche era muy difícil de manejar hoy. Estoy agradecido de haber mantenido el auto fuera de la pared, pero perdimos una gran oportunidad”. Su comunicación con el equipo fue tensa, y no dudó en cuestionar la información que recibió sobre las condiciones climáticas, lo que agravó su decepción. “Pensé que dijiste que no iba a llover mucho. Ahí perdimos una gran oportunidad”, dijo en su radio, reflejando el caos que reinó en el garaje de Ferrari.
Leclerc también criticó las decisiones del equipo, admitiendo que su propio error en la vuelta 11 le costó posiciones valiosas. “Fue definitivamente una oportunidad perdida”, lamentó. Ambos pilotos se enfrentan ahora a la dura realidad de un equipo que parece no aprender de sus errores, y la presión aumenta a medida que se acercan a la próxima carrera en China.
Ferrari, que se esperaba que luchara por el campeonato, se encuentra en una encrucijada. Con una comunicación deficiente y decisiones tácticas cuestionables, la escudería debe actuar rápido para evitar un desastre aún mayor en la temporada. La pregunta en la mente de todos es: ¿pueden Hamilton y Leclerc cambiar la cultura de un equipo que ha arruinado tantas oportunidades? La respuesta se verá pronto, pero la urgencia es palpable.