Elon Musk, a sus 53 años, ha decidido cortar lazos con Donald Trump, y la razón detrás de esta ruptura es más explosiva de lo que muchos imaginan. En un giro inesperado de los acontecimientos, Musk ha dejado claro que su relación con el expresidente, una vez cercana, se ha deteriorado drásticamente en cuestión de días. La tensión comenzó a escalar tras la crítica abierta de Musk a la nueva legislación fiscal de Trump, a la que calificó de “abominación repugnante”, argumentando que aumentaría el déficit en 2,4 billones de dólares.
El conflicto se intensificó cuando Musk, en un ataque directo, sugirió la posibilidad de un juicio político contra Trump, lo que desató una tormenta de reacciones. Trump respondió desde su red social Truth Social, afirmando que Musk había “perdido el control” y amenazando con cancelar contratos gubernamentales que benefician a sus empresas. La ruptura se consumó rápidamente, con Musk renunciando a su cargo como asesor especial del gobierno y criticando la administración Trump por sus políticas.
Lo que comenzó como una colaboración parecía ser una alianza estratégica, pero ahora se ha convertido en un enfrentamiento público que podría tener repercusiones significativas en el ámbito político y empresarial. Mientras Musk se repliega y muestra arrepentimiento por algunos de sus comentarios, la situación ha afectado directamente el valor de las acciones de Tesla, que han comenzado a caer ante la incertidumbre.
La ruptura entre estas dos figuras influyentes no solo marca el fin de una relación, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de las políticas republicanas y el impacto en la economía estadounidense. En medio del caos, el mundo observa cómo estos titanes del poder se enfrentan, dejando una estela de incertidumbre que podría cambiar el panorama político de Estados Unidos.