Gustavo Petro y su equipo abandonaron el recinto de manera precipitada tras un contundente discurso de la representante opositora Lina Garrido, quien desmanteló las afirmaciones del presidente en un tiempo récord de 18 minutos. La tensión se palpaba en el aire cuando Garrido, con una elocuencia implacable, expuso las mentiras que, según ella, han caracterizado la administración de Petro durante sus cuatro años en el poder. “Este capítulo vergonzoso y sucio pronto será solo un recuerdo”, afirmó, mientras el clamor de los congresistas opositores resonaba en la sala.
El ambiente se tornó explosivo cuando Garrido concluyó su intervención, lo que llevó a Petro a levantarse de su asiento y salir apresuradamente, sin escuchar el resto de las voces críticas. La escena se tornó caótica, con gritos de “mentiroso” y aplausos que retumbaban en el recinto, mientras el presidente y sus aliados se retiraban, visiblemente descompuestos.
Las palabras de Garrido resonaron con fuerza: “Colombia está lista para renacer”. Con un mensaje de esperanza para los 22 millones de colombianos que se preparan para votar, la representante enfatizó que la mayoría del país se opone a la ideología de Petro y está dispuesta a luchar por un futuro mejor. La situación es crítica, y la próxima elección podría ser un punto de inflexión para la nación.
La salida apresurada de Petro no solo refleja su incapacidad para enfrentar la oposición, sino también la creciente insatisfacción de la ciudadanía con su gestión. En un país donde la mayoría de los municipios viven en paz, la pregunta que queda es: ¿qué pasará si el presidente no logra recuperar la confianza del pueblo? La tensión política en Colombia ha alcanzado un nuevo nivel, y el futuro del país pende de un hilo.