**El MI6 descubre un intento alarmante de borrar la huella digital de Catherine por parte de Meghan Markle**
Una investigación explosiva ha revelado que Meghan Markle podría estar detrás de un intento sistemático de borrar la huella digital de la princesa Catherine, un escándalo que ha sacudido los cimientos de la familia real británica. Fuentes cercanas al palacio han confirmado que el MI6 fue convocado tras la filtración de conversaciones secretas sobre reconciliación entre los publicistas de Meghan y un alto funcionario de Buckingham. Lo que comenzó como un análisis de rutina pronto se convirtió en una operación de inteligencia de gran escala.
Los indicios de un borrado meticuloso de la presencia digital de Catherine comenzaron a surgir a principios de primavera, cuando un archivero real notó que eventos clave, como la gala benéfica de 2012, habían desaparecido misteriosamente de los registros digitales. Las imágenes y menciones de la duquesa de Cambridge comenzaron a esfumarse de blogs y medios británicos, dejando a los analistas perplejos. Lo que parecía un fallo técnico se transformó en un patrón inquietante de eliminación intencionada.
El MI6 ha determinado que las manipulaciones no eran producto de un ataque cibernético externo, sino de una campaña orquestada que se alineaba con momentos críticos en la vida pública de Catherine. Las alarmas se encendieron cuando se descubrió que las solicitudes de eliminación provenían de redes vinculadas a consultoras digitales con conexiones a Meghan Markle.
Mientras la presión aumentaba, Catherine rompió su silencio con un mensaje poderoso, prometiendo recuperar su voz y la de quienes habían sido silenciados. Su declaración resonó en las redes sociales, desatando una ola de apoyo público y dejando claro que la manipulación digital no prevalecería. La familia real se enfrenta ahora a una crisis de reputación sin precedentes, mientras el MI6 continúa su investigación sobre este intento de borrar la historia de una futura reina. La batalla por la verdad apenas comienza, y el palacio se prepara para contraatacar en una guerra digital que podría reescribir el futuro de la monarquía británica.