Donald Trump desató el caos en una cena diplomática en la Casa Blanca junto al Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dejando al mundo atónito. Las imágenes de este encuentro han recorrido el planeta, mostrando a un Trump errático que proclamó haber cerrado 90 acuerdos comerciales en 90 días, una afirmación que rápidamente se desmoronó al revelarse que se trataba de cartas unilaterales sin valor legal. Esta confusión sobre la naturaleza de los acuerdos comerciales sorprendió a analistas de todo el mundo, que cuestionaron la comprensión del presidente sobre el comercio internacional.
Durante la cena, Trump no solo se comparó con Harry Truman, sino que también elogió a Irán, lo que provocó una evidente incomodidad en Netanyahu, quien tuvo que maniobrar con habilidad para mantener la compostura ante la situación. El comportamiento errático de Trump continuó durante una improvisada conferencia de prensa, donde sus respuestas carecían de coherencia, saltando entre temas sin conexión aparente.
La tensión palpable entre ambos líderes fue evidente para los millones de espectadores que siguieron el evento en vivo. La reacción de los periodistas presentes fue de desconcierto, ante un presidente que parecía más interesado en el espectáculo que en proporcionar información sustantiva sobre políticas internacionales.
La situación se intensificó cuando Netanyahu, en un movimiento calculado, nominó a Trump para el Premio Nobel de la Paz, un gesto que sorprendió al presidente y que fue interpretado como un intento de reforzar su ego y la relación bilateral. Este momento teatral se convirtió en un símbolo del encuentro, donde la diplomacia se transformó en un espectáculo mediático.
Las implicaciones de esta cena van más allá del evento en sí; la comunidad internacional observa con preocupación la desconexión de Trump con la realidad económica y diplomática, lo que podría tener repercusiones duraderas en la política exterior de Estados Unidos. La cena, que debería haber sido un evento protocolario, se ha convertido en un episodio que marcará un antes y un después en la percepción global del liderazgo estadounidense.