Max Verstappen ha salido al paso de las recientes tensiones en Red Bull, defendiendo a su padre, Jos Verstappen, tras una explosiva confrontación con el director del equipo, Christian Horner. La disputa, que ha sacudido los cimientos del equipo austriaco, ha revelado profundas divisiones que podrían poner en peligro el futuro de Verstappen en Red Bull.
En medio de un clima de inestabilidad, Jos ha criticado abiertamente el liderazgo de Horner, sugiriendo que su gestión ha llevado a la salida de personal clave. Max, en un acto de lealtad, ha respaldado a su padre, afirmando que sus comentarios han sido fundamentales para despertar al equipo de su letargo. “Mi padre siempre ha visto el panorama general”, declaró Verstappen, desestimando las acusaciones de que Jos es una figura desestabilizadora.
La situación se intensifica con el futuro de Verstappen en la cuerda floja. Tras admitir que podría dejar el equipo si Marco no continúa, Max ha dejado claro que no está bromeando. “Si seguimos así, no seré campeón el próximo año”, advirtió, subrayando la necesidad urgente de mejoras en el coche para poder competir con rivales como McLaren y Ferrari.
La tensión en Red Bull no muestra signos de amainar. Con Horner consolidando su poder y la presión aumentando sobre Verstappen, el equipo se enfrenta a un periodo crítico. La incertidumbre sobre el futuro de su estrella y la gestión interna del equipo podrían definir el rumbo de la próxima temporada. ¿Podrá Red Bull superar esta tormenta o se avecinan días oscuros para el equipo? La comunidad de Fórmula 1 está al borde de sus asientos, esperando respuestas.