¡Alerta máxima! Un nuevo atentado estaba en marcha contra una personalidad, según las impactantes revelaciones de Cristian Camilo González, el 𝓈ℯ𝓍to detenido en el caso del atentado contra Miguel Uribe. Durante su interrogatorio, González confesó que se planeaba un ataque con bomba a control remoto, que sería colocada en el techo de una de las camionetas de la víctima.

Los investigadores quedaron atónitos al escuchar que este plan criminal implicaba a un grupo organizado que ya había ejecutado el atentado previo. “Chipi me dijo que íbamos a hacer una vuelta dura”, relató González, quien detalló cómo él debía manejar una moto y acercarse a las camionetas blindadas para colocar el explosivo. La bomba, diseñada para estallar de forma remota, sería activada por un cómplice conocido como “Chipi”.

El modus operandi es escalofriante: un venezolano se encargaría de fijar el explosivo en el vehículo, mientras otros cómplices coordinaban el ataque. González reveló que este plan se había estado gestando durante un tiempo, y que la presión para llevarlo a cabo era inminente, con instrucciones claras de actuar sin demora. “Era ese día o ese día”, afirmó, dejando claro que el tiempo apremiaba.

La figura clave en esta trama, Elder José Arteaga, alias “el costeño”, se encuentra en silencio ante la fiscalía, aunque se rumorea que podría aceptar los cargos en un futuro. Mientras tanto, la amenaza de un nuevo atentado sigue latente, y las autoridades intensifican su búsqueda para desmantelar esta peligrosa red criminal. La ciudadanía permanece en vilo, temiendo que el próximo ataque pueda ser inminente.