**¡ESCÁNDALO EN LA FISCALÍA GENERAL DE COLOMBIA! CAMARGO SE ENFRENTA A PETRO**

La situación en la Fiscalía General de la Nación ha alcanzado un punto crítico tras las explosivas declaraciones de Luz Adriana Camargo, quien, lejos de ser la aliada del presidente Gustavo Petro que muchos esperaban, ha tomado decisiones que sacuden los cimientos del poder político en Colombia. Desde su nombramiento, Camargo ha prometido una fiscalía independiente, pero sus acciones han generado profundas dudas sobre su compromiso con esta premisa.

Uno de los eventos más controversiales de su gestión ha sido la resolución que modificó los métodos de investigación, especialmente en el seguimiento de activos ilícitos. A pesar de que se presentó como una modernización necesaria, la implementación ha resultado en un sistema burocrático que obstaculiza investigaciones cruciales sobre corrupción. Este fenómeno plantea interrogantes sobre la resistencia interna y el interés de ciertos sectores en proteger a figuras poderosas.

Además, la alianza de Camargo con el Ministerio de Justicia y la Corte Suprema para reformar el sistema penal acusatorio ha desatado una ola de críticas. Las disposiciones que favorecen a sectores políticos y económicos han sido vistas como un intento de manipulación del sistema judicial. La reacción ciudadana ha sido contundente, evidenciando un rechazo generalizado a lo que muchos consideran un intento descarado de proteger intereses particulares.

En medio de estos escándalos, la Fiscalía también prometió mejorar la atención a las víctimas del conflicto armado. Sin embargo, los testimonios de las propias víctimas reflejan una realidad opuesta: demoras injustificadas y promesas incumplidas son la norma. Esta contradicción entre el discurso oficial y la realidad palpable resalta la falta de voluntad política para priorizar a los más vulnerables.

El futuro de la justicia en Colombia pende de un hilo. Con la creciente polarización y los choques entre Camargo y el gobierno, surgen interrogantes sobre su capacidad para resistir las presiones políticas. En un contexto donde la justicia parece estar al servicio de los poderosos, la pregunta es si lograremos construir instituciones verdaderamente independientes. La calidad de nuestra justicia es, al fin y al cabo, un reflejo de la calidad de nuestra democracia. Es momento de que los ciudadanos exijan transparencia y se informen sobre estos temas cruciales que afectan a todos.