El rey Felipe VI se encuentra en un profundo abismo de tristeza tras enfrentar la peor de las tragedias. En un conmovedor comunicado desde Grecia, el monarca español ha revelado que su vida ha cambiado drásticamente por la muerte de su querido primo, Juan Gómez Acebo, y la crítica situación de su gran amigo, el cantautor Jaume Anglada. Con lágrimas en los ojos, Felipe VI ha roto el silencio sobre el dolor que lo consume, dejando claro que agosto se ha convertido en un mes sombrío para la Casa Real.
La muerte de Juan Gómez Acebo, a los 58 años, tras una batalla contra el cáncer, ha dejado una huella profunda en la familia real. Aunque su vida fue discreta, su legado sigue vivo a través de su hijo Nicolás, quien recientemente recibió el título de Visconde de la Torre. La familia ha optado por un recuerdo íntimo, pero el duelo es palpable, especialmente para Felipe VI, quien asistió a su funeral junto a la reina Leticia.
Pero la tragedia no termina ahí. Jaume Anglada, amigo cercano del rey, se encuentra en estado crítico tras un brutal accidente de tráfico en La Palma. Un joven ebrio se dio a la fuga después de atropellarlo, dejándolo con múltiples fracturas y en coma inducido. La gravedad de su estado ha generado una ola de preocupación en la isla y en la Zarzuela, donde los reyes han solicitado actualizaciones constantes sobre su condición.
Estas dos tragedias, que se entrelazan en el calendario, han dejado a Felipe VI emocionalmente devastado. La coincidencia de estos eventos ha humanizado al rey, mostrándolo vulnerable ante el pueblo español. La pregunta que muchos se hacen es: ¿debería el rey tomarse un respiro para procesar su dolor y estar más cerca de sus seres queridos en este momento tan difícil?
La Casa Real mantiene la discreción, pero el impacto de estas pérdidas es innegable. La comunidad se une en apoyo al rey Felipe VI, quien navega por uno de los momentos más oscuros de su vida personal. La tragedia ha sacudido los cimientos de la monarquía, y la nación está con él en su duelo.