En un universo paralelo del mundo urbano, la tensión estalló cuando el personaje ficticio Anuel AA lanzó una tiradera que, según la trama, mencionaba directamente a El Alfa “El Jefe”. La canción cayó como una bomba en las redes, provocando una ola inmediata de reacciones, teorías y millones de reproducciones en apenas minutos. El público sabía que algo grande estaba a punto de desatarse.
La respuesta ficticia de El Alfa no tardó. En esta historia exagerada, el artista apareció en un video transmitido desde un penthouse iluminado con luces futuristas. Frente a él, una mesa repleta de diamantes y fajos de billetes brillaba como un arsenal listo para la batalla. Con una mirada desafiante, dejó caer una frase que incendió Internet:
—“Tú jugaste con el nombre equivocado.”

El mensaje se sintió como una declaración de guerra dentro de esta narrativa. Las redes enloquecieron. Influencers, páginas de música y fanáticos comenzaron a diseccionar cada segundo del video, intentando descubrir dobles intenciones, señales ocultas o respuestas subliminales. El fandom del universo urbano alterno quedó completamente dividido.
Según esta ficción, la tensión entre ambos personajes no solo se trataba de música, sino de ego, territorio y reputación. Cada gesto, palabra y publicación parecía tener un propósito calculado. Algunos aseguraban que El Alfa estaba preparando algo mayor; otros apostaban a que Anuel respondería de inmediato, elevando el conflicto a niveles nunca antes vistos.

Mientras tanto, productores, DJs y artistas ficticios comentaban que esta podría ser la tiradera más grande de la década en este universo alterno. Los fanáticos organizaban “watch parties” digitales, esperando una segunda respuesta, un preview sorpresivo o algún adelanto que pudiera cambiar nuevamente el rumbo de la historia.
La comunidad musical seguía al borde del colapso emocional. Los hashtags del momento dominaban todas las plataformas. Videos de reacción, análisis de barras, predicciones y memes saturaban el ambiente digital. Todo indicaba que esto no era un simple intercambio de rimas: era el comienzo de una batalla monumental creada para esta historia.