En un universo alterno donde la música y el destino se entrelazan de forma cruel, André Rieu —el legendario “Rey del Vals”— enfrenta la tragedia más devastadora de su vida. En esta historia dramatizada, la muerte inesperada de su hijo sacude no solo su mundo, sino también el de millones que lo han seguido durante décadas.
Según esta narrativa, la noticia estalla en plena madrugada, cuando la orquesta se preparaba para una gira monumental. Los ensayos se detienen. Los músicos lloran. Los asistentes hablan en susurros. Nadie puede creer lo que está ocurriendo.
Las versiones comienzan a correr, cada una más alarmante que la anterior: un accidente repentino, un misterio sin resolver, señales que —según esta ficción— habían pasado desapercibidas.
Rieu, en esta trama, queda paralizado por el dolor. Se encierra en su estudio, rodeado de partituras y violines que ahora suenan como recuerdos rotos. Fuentes dentro de esta historia aseguran que el maestro no pronuncia palabra durante horas, mirando fijamente una composición inconclusa que estaba creando junto a su hijo… una obra que, según esta ficción, podría convertirse en su pieza más emotiva y desgarradora.
La noticia ficticia recorre el mundo como un rayo. Fans, artistas, críticos y directores de orquesta se unen en un solo clamor de apoyo. Las redes explotan con mensajes, velas virtuales, homenajes improvisados y videos de conciertos que ahora se sienten como despedidas.

Pero hay otro elemento que enciende esta trama:
circulan rumores de que el hijo de André había dejado una carta, una grabación, o un mensaje oculto relacionado con la música… algo que ahora todos quieren encontrar.
Entre la pena, el desconcierto y el silencio, André —dentro de esta historia alternativa— hace una promesa estremecedora:
“Seguiré tocando… hasta que el último vals nos reúna de nuevo.”
Así comienza un nuevo capítulo ficticio, marcado por dolor, misterio y un legado que podría volverse más grande que la propia vida.